miércoles, 16 de agosto de 2017

Una tarde de roco... Escalada en montaña, La cantera o El Molló

¡Hola a tod@s!

Bueno hoy quería traeros un sesión de rocódromo, pero se me olvidó, que al rocódromo en el que estoy entrenando este mes, me avisaron que cerraban, para aprovechar el puente. Así que cuando nos encontramos mis amigos y yo con las puertas cerradas, por un despiste mío, nuestro mono de subir a las paredes estaba muy a flor de piel, y en el transcurso de vuelta a casa, les propuse de ir a conocer una zona que tras ir actualizando una de las secciones, de este mismo blog (reseñas Comunidad Valenciana), tenía muchas ganas de llevarles. Una vez propuesta la ganas, y con todo el hype del momento, decidimos irnos hacía allí.



La zona escogida era La cantera o El Molló, una zona perfecta para todo aquellos escaladores con un nivel medio o bajo, pues cuenta con un buen número de IV, y las vías mas avanzadas terminan en el 6b, la única pega que podría encontrar a esta zona, es que al ser una antigua cantera, si que hay algunas vías, que en alguno de sus tramos, tienen mucha piedra suelta, por lo que el casco es de uso OBLIGATORIO para el que asegura, por las posibles caídas de piedras, que aún no siendo muy grandes, pueden hacer daño, a mi mismo en una de las vías, vi como caían la piedras sueltas.


Estas vías también las vi muy aptas, para todos aquellos que quieran comenzar a aprender a abrir vía, pues su inclinación hacía delante, junto que en algunos momentos te obligan a realizar algunos pasitos, un poco mas complejos, ayudan a que se le vaya perdiendo el miedo a poner la cinta y, sobretodo, a coger la postura correcta, o al menos cómoda, para pode chapar. Algo que me llamó la atención fue que en algunas vías, para ayudar, hay puestas presas de rocódromo.


La verdad que la tarde transcurrió muy rápida, y la verdad que todos nos fuimos con muy buen sabor de boca, pues mis amigos pudieron probar un V en roca, y yo pude matar el gusanillo, sin quemar mucho pues al día siguiente tenía otra salida a montaña. Tal fue el gusto que nos llevamos, que hasta nos permitimos una foto un poco en plan idiotas.



Un saludo, ¡y nos vemos por las paredes!

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